George, Max y Ricky tienen un grupo. Como tantos otros músicos,
deben compaginar su pasión con otro trabajo que les permita pagar el
alquiler. Hacer de cocineros en un centro psiquiátrico de máxima
seguridad no parecía mala idea: podían trabajar juntos, les dejaba
tiempo para ensayar y la seguridad del centro aseguraba el mínimo
contacto con los internos... Hasta que, una noche, una fuerte tormenta
deja sin electricidad el edificio, desactivando todos los dispositivos
de seguridad. Los tres amigos se verán atrapados en la cocina, sin
barreras que los separen de los perturbados, convertidos ahora en una
turba descontrolada y violenta.